Ha sido un día de gloria para mí, con las tortugas.
Estaba snorkeando en esas aguas cuando fui sorprendida por la presencia de una enorme tortuga, bella y mansa, que se movía lentamente.
Al acercarme a ella, pude ver la expresión de sus ojos y su aspecto dócil, frágil.
Me dejo tocarla, un momento magico y unico. Por fin, surgieron varias outras tortugas que se acercan a los buceadores que le dan comida. Había una que tenía una gran herida en el caparazón, lo que me dio mucha pena.