Nunca se la conoce de todo.
Siempre me sorprende con un nuevo paisaje, un nuevo lugar para soñar, para asomarse con el alma y cargarme de energía pura, de esas que curan.
Es el sol, el agua, la sal, la roca medieval, un transborde de fluidos que trascienden este plan terrenal. Experimento la libertad y el verdadero flujo de la vida. Ya no soy, soy el todo.
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