Me detuve a mirar de cerca esta obra de arte en espiral tejida por una criatura minúscula.
Una tela de estructura cósmica, invisible.
Hilos de seda trazados a la perfección.
La bauticé como la tela de Indra, o la red de Indra, por su semejanza al universo holográfico.
Una tela-araña que se extiende en todas las dimensiones, formada por gotas de rocío.
En cada gota hay el reflejo de todas las gotas, infinitamente.
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